Tres hombres fueron capaces de desobedecer el decreto del Rey Nabucodonosor, porque negaron postrarse ante la estatua de Marduk. ¿Por qué no se postraron? ¿Por qué prefirieron ser echados la horno de fuego? La respuesta es simple, ¡por amor! porque no serían capaces de adorar a otro dios, sino es el Único y Verdadero Dios.
¿Usted haría lo mismo?